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Raúl González Blanco. Fotografía de CadenaSer.com |
Hoy, 22 de agosto del año 2013, Raúl González Blanco, el Gran Capitán del Real Madrid, recibirá un caluroso homenaje de la afición madridista en el Trofeo Bernabéu que le enfrentará con su actual equipo, Al-Sadd. El eterno jugador vestirá durante 45 minutos el escudo blanco.
El esperado homenaje llega después de tres años, cuando el jugador tuvo que salir del club. Una estrella, un símbolo, un mito como lo ha sido Raúl para el Madrid y se despidió por la puerta de atrás, con casi dos mil madridistas en el santuario blanco y una inminente marcha hacia Alemania. Allí en solamente dos temporadas, recibió dos grandes homenajes y despedidas.
En el club de su corazón, después de 16 temporadas de blanco, es el máximo goleador con 323 goles en competiciones oficiales, siendo, también, el que más partidos ha jugado con el Real Madrid, y el máximo goleador de la Champions en la actualidad.
Detrás de estos números, se esconden las pasiones que han movido a una afición, los éxitos y fracasos de un club cuyo capitán siempre estuvo al pie del cañón. Con humildad, deportividad, sin una palabra de más.
Sin ser el mejor de todos los del campo, siempre estaba ahí. Picardía, colocación y oportunismo. Ningún madridista podrá olvidar como mandó callar a un estadio, y no uno cualquiera, sino al de su máximo rival. También permanecerá en el recuerdo ese capote que llevaba en las grandes finales y tuvimos la oportunidad de ver realizando esos pases de artista, de maestro.
Porque Raúl ha sido, es y será un ejemplo de futbolista, tanto dentro como fuera del campo, para todos los jugadores profesionales y los que pretenden serlo. Ejemplo del comportamiento del club, de su idiosincrasia. Nos ha enseñado el valor de la superación, que el respeto es el principal componente en cualquier situación de la vida (profesional o no) y ha llevado la humildad -real y no fingida- por bandera; el esfuerzo y la perseverancia son las claves del verdadero éxito.
Es uno de los jugadores más queridos, en el que confía la mayoría de los seguidores de este deporte y su sola presencia mueve masas, tal y como se espera esta noche en las gradas del Santiago Bernabéu.
Tímidamente anunciado desde las oficinas de Concha Espina, el Gran Capitán vuelve a casa. Esta noche Raúl volverá a despedirse del equipo de su corazón como se merece, jugando al fútbol, con el balón en los pies y entre los gritos y aplausos de una afición que le tendrá siempre en el recuerdo. Seguramente, volveremos a verle por el club, no es un adiós… sino un "hasta pronto".
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