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Real Sociedad. Fotografía de rtve.es |
La Real Sociedad pasó, el martes, su primera prueba de fuego en Lyon para disputar la Champions esta temporada. Una prueba que el equipo superó con sobresaliente, con matrícula de honor, más aún si pensamos que los jugadores del club donostiarra no tienen experiencia en la competición.
Dos auténticos golazos de estrella, de galácticos, acercan a la Real a ese sueño de la Champions. Quedarán siempre en la filmoteca del club. El conjunto francés se llevó una no tan grata sorpresa al terminar los 90 minutos. En declaraciones anteriores veían a los de Arrasate como un equipo accesible, un equipo fácil. Y es cierto, un equipo recién ascendido y que hacía casi diez años que no disputaba un partido en la máxima competición continental.
El factor campo siempre es importante, pero una Real bien plantada en el centro del campo y con una férrea presión durante los 90 minutos supo doblegar al Lyon. El peligro francés, que lo hubo, vino sobre todo en jugadas a balón parado que pusieron en aprietos a Bravo, que estuvo magnifico durante todo el encuentro.
Sin embargo, los del país vecino podrían haber salido goleados: con un tiro de Carlos Vela que acabó estrellándose en la madera, la expulsión de Bisevac que el árbitro consideró falta fuera del área, cuando fue penalti ya que la jugada acaba en el área -un cambio de reglamento FiFA-. Y Rubén Pardo dispuso de otra ocasión clara al final.
El equipo donostiarra pinta bien, pero que muy bien, para jugar la fase de grupos, pero no ha de confiarse. La próxima semana, en Anoeta, hay que sentenciar la eliminatoria. Lo demostrado en este partido deja muy buen sabor de boca.
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