By Java
Bendito verano, que gran época del año en la cual uno puede
disfrutar de multitud de placeres de la vida. El de la risa es uno de ellos y
el panorama deportivo actual provoca fuertes carcajadas.
Puedes reir, pero por no llorar, cuando, una vez tras otra, ves los tropiezos de los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos, tropiezos por fallos nuestros, tropezones absurdos como el de la selección de fútbol, o pequeños traspiés como el de nuestros ciclistas, de los cuales un servidor no esperaba más de lo que vimos.
Puedes reir, pero por no llorar, cuando, una vez tras otra, ves los tropiezos de los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos, tropiezos por fallos nuestros, tropezones absurdos como el de la selección de fútbol, o pequeños traspiés como el de nuestros ciclistas, de los cuales un servidor no esperaba más de lo que vimos.
Pero hay más tipos de risas. Está aquella que se esboza
cuando ves que el tiempo te ha dado la razón, aunque la noticia recibida no sea
alegre. Esa misma sonrisa aparece en mi rostro cuando recibo noticias de dos clubes
españoles: Málaga y Racing de Santander. Y es que la situación tan desesperada
de los equipos de nuestro país les está llevando a realizar todo tipo de
operaciones no demasiado fiables. Cuando se mueven grandes masas de dinero hay
que andar con pies de plomo y lo que está sucediendo con ambos clubes me huele
igual que las algas almacenadas en la orilla de la playa.
Por último, tenemos risas traducidas en carcajadas. Este efecto lo provocala Federación Catalana
de Fútbol, que quiere seguir manteniendo una competición que no es viable y
sólo presente por idearios políticos que no quiero expresar. Siempre me causó
risa esta competición cada vez que algún Terrassa o Gimnástic eliminaba al
Barcelona, pero lo sucedido este año ya supera los límites de lo cómico. Es de
admirar la flexibilidad con la que mueven el calendario sólo para que en el
principal equipo de la comunidad lleve a los jugadores titulares. ¡Cuándo se
darán cuenta que aquello no tiene interés alguno!
Por último, tenemos risas traducidas en carcajadas. Este efecto lo provoca
Mientras tanto intentaré mantener los recuerdos de aquella
risa de júbilo que me causó nuestra selección hace un mes con la consecución de
otra Eurocopa.

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