jueves, 9 de febrero de 2012

Cuestión de Estado

By Java
Como español que soy, estoy cansado de tener que soportar ofensas hacia mi país o hacia personas que nos representan, al conjunto de españoles, en el mundo del deporte. Hablo de la controversia generada por El Guiñol del Canal + francés. Pero también de lo que puede llegar a suceder en la final de la Copa de su Majestad el Rey.


No quiero faltar el respeto a nadie, por eso no voy a pasar a calificar a los encargados de realizar aquel programa, que ha supuesto una ofensa para todo el país entero. El Estado Español SÍ tiene que actuar. Porque el programa francés ha utilizado escudos de entidades federativas españolas, del ámbito público, por tanto ya está realizando una ofensa a nuestro Estado. No sólo eso, es que además ha cargado contra deportistas que nos representan mediante los combinados nacionales de los distintos deportes que practican. Casillas, el capitán de la selección vigente campeona de Europa y del Mundo, selección que representa a todos los futbolistas profesionales españoles que pueden optar a un puesto en el equipo. Por otro lado, Rafael Nadal es integrante de la "Armada Invencible". Y lo peor de todo es que estos dos grandísimos deportistas no están acusados de dopaje ni nada por el estilo (se satirizaba mostrando como estos deportistas firmaban con jeringuillas dando a entender que practican el dopaje).

Se puede permitir la ironía, la burla y todo lo que se quiera. Pero esos... "señores" no pueden faltarle el respeto a un país entero, y si en Francia quieren que se les respete su himno cuando juegan con selecciones africanas, deben empezar a tratar de otra manera asuntos que pueden generar este tipo de polémicas. Ojo! no estoy insinuando que se deba pitar el himno, es algo sagrado que se debe respetar.

Con himnos continuamos. Porque el Estado Español SÍ tiene que actuar en caso de que su himno no sea respetado. No quiero entrar a valorar ciertas actitudes de "pasotismo" por parte de algunas personas de nuestro país en acontecimientos pasados. Pero sí quiero valorar lo que puede llegar a pasar.
Hace tres años, cuando se disputaba aquella final entre FC Barcelona y Athletic Club de Bilbao, antes de dar comienzo al partido, sonó el himno español, como debería ser en cualquier acontecimiento importante de nuestro país. Gran parte de aficionados que se emplazaban en las butacas de Mestalla -que no todos- profirieron una sonora pitada a nuestro himno, permaneciendo inamovibles las autoridades que se daban cita en el estadio.

La final se repetirá en este 2012, quién sabe si será los prolegómenos del citado fin del mundo, pero espero que no se repita lo de tiempo atrás. Que las personas que no se sientan identificadas con lo que están escuchando permanezcan en silencio, respetando a todas aquellas que sí se asocien al himno. Que la final no es sólo de los dos clubes que disputan la final, que es una final de todo el Estado Español. Y el que no esté a gusto en un sitio, que se marche del mismo. Si ese sector de aficionados se siente de otro país diferente del que representa la competición, que propongan soluciones a sus clubes para que no participen en estas competiciones, pero que -y me reitero en la palabra- no dejen de respetar.

En caso de ocurrir de nuevo -confío en que no sea así- las autoridades deberían tomar medidas. Las soluciones las dejo a elección de las propias autoridades federativas, pero que hubiese sanciones ejemplarizantes. Se me ocurren muchas, como la suspensión del partido, no hacerles entregas de los premios a los clubes o incluso la prohibición de la participación de los mismos en la próxima edición, pero eso es algo que no le corresponde a mi persona decidir.

Deberíamos tomar ejemplo de la final de la Super Bowl para ver como vivían los aficionados el momento de la interpretación de su amado himno nacional. Simplemente es amar el país que te acoge.

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