Argentino,
jugador de fútbol, delantero, equipo Real Madrid, goleador. Gonzalo Gerardo Higuaín es la
definición perfecta de delantero. Bien es verdad que los principios no fueron fáciles,
pero El Pipita demostró tener ese gen que le faltaron a otros puntas canteranos
para triunfar en el club blanco. Aquella famosa frase de Camacho “Un canterano
debe tirar la puerta abajo” en lo últimos años se ha cumplido tan sólo con
Higuaín.
Cierto que
no paso por el Castilla, que no jugo nunca en las categorías inferiores, que no
se impregnó de madridismo desde infantiles, cierto. El pipita llegó al Real
Madrid en diciembre de 2006, con diecinueve años recién cumplidos, procedente
de River Plate y dejando en las arcas del club porteño trece millones de euros.
El Real Madrid
invirtió en un proyecto de jugador que debía formar, una jugada en su momento cara y
arriesgada pues en argentina sólo llegó a disputar treinta y cinco partidos.
Debutaría a
pocos días de su llegada en un partido contra el Betis en Sevilla por los
octavos de final de la Copa del Rey, tres días después se presentaría con el veinte a la espalda en el
Bernabeu en un partido por La Liga contra el Real Zaragoza, encuentro que se acabaría llevando el Madrid con
un gol de Van Nistelrooy a pase del veinte. Su debut como goleador sería en un
terreno con tanta dificultad para los Blancos como para su enemigo, el Vicente
Calderón. Sería contra el máximo rival de la ciudad, en un partido vago del
Real Madrid que perdía por uno hasta que Cassano sacó el compás; recogía un
balón en tres cuartos de campo rival y veía el desmarque de El Pipita que
aguantaba la embestida del defensa rojiblanco para superar en el mano a mano a
su compatriota Leo Franco. Y gracias al Pipa, Concha Espina seguía sin perder La Rivera del Manzanares. Ante su pueblo el argentino marcaría
su primer gol el 12 de Mayo de 2007 ante el Espanyol. En un partido épico, el Real
Madrid se jugaba la liga ante el FC Barcelona, era la jornada 34 y al final de
la primera parte Pandiani liquidaba el solito al Real Madrid con un triplete
que dejaba en nada el gol de Van Nistelrooy. En la segunda mitad el Madrid
conseguía empatar gracias a los goles de Raúl y Reyes, pero no bastaba para
seguir por la lucha de la liga y el tiempo pasaba y pasaba. Cuando todos se
vencían, cuando parecían que todo se acababa, ya en último minuto, el pipita
luchaba un balón dividido en el lateral como si le fuera la vida, roba y avanza
rápido a la portería rival, en la frontal encontraba a Reyes con el que hace
una pared y tirándose al suelo marcaba entre portero y palo el que a la postre
sería el gol que pondría al Real Madrid líder esa jornada, liderato que no
soltaría ya hasta el final para acabar ganando su liga numero treinta. Valores tan intrínsecos y propios de
la historia del Real Madrid como lucha, entrega, compromiso son perfectamente
detectables en los genes de Gonzalo Higuaín, junto a la épica que tantas veces ha acompañado las
noches más gloriosas del Madrid.
Un año más tarde
el Pipa volvería a demostrar que ha nacido para jugar en este club en un
encuentro contra el Osasuna en el Reyno de Navarra. Partido que bajo la lluvia
acabaría remontando el Madrid gracias a una asistencia de Higuaín para empatar
el partido y un gol en las postrimerías del encuentro para ganarlo por dos a
uno y conseguir así la trigésimo primera liga para el Club Blanco y la segunda
consecutiva. Como estos son muchos los ejemplos, sería casipecado no
recordar aquel zurdazo contra el Getafe cuando ya la bocina sonaba, aquel disparo que todavía
bien no sabes como fue ahí Pipa, pero por la escuadra entró aquel balón que
golpeó con el alma de todo el campo para seguir con la esperaza de ganar
aquella liga. No pudo ser, pero no hincamos la rodilla hasta ver al enemigo de
cerca.
A su puesto
otros han llegado y otros muchos más lo han querido, quizás mejores, quizás con
más influencias, quizás con más popularidad, quizás con más calidad, pero ninguno ha podido quitarle del sitio
que se merece. Jugadores
como Benzema o el ya olvidado Huntelaar han caído en la carrera por quitarle el
puesto. Quizás no regatee como ellos, ni haga sus controles, ni golpee el balón
con su precisión, pero eso se puede mejorar y trabajar, en cambio los otros no
tienen ese gen tan especial y tan madridista; lucha, esfuerzo, compromiso, eso
que le sobraba a Raúl, valores del santoral madridista, valores que tiene el
Pipa.
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