by El Consaburense
Confieso que todavía hoy me
sorprende. Me sorprende no ver la mano de Mourinho metida por el culo de
Karanka como si fuera un ventrílocuo, como Mari Carmen con Doña Rogelia. Yo es
que veo la foto y me caigo de espaldas, reboto, y me incorporo. Analice la foto
conmigo el amable lector de este blog, el único que pese a las presiones sigue
orinando colonia en el ciberespacio.
Mire el visitante de la web
la postura de los dos individuos, idéntica. Mire la sonrisa de ambos
entrenadores: un poco más abierta la de Mou, pero similares. El primer
entrenador se lleva la mano a la boca cual si se estuviera comiendo una ración
de algo que se come muy deprisa y sin masticar; cosa que Karanka no hace porque
no ha tenido tiempo a imitar tan espontáneo gesto (además de no tener hambre).
Mire la cara de Karanka, como diciendo: “no tengo ni idea de por qué razón hago
esto, pero no estará mal si lo hace José”. Atienda el lector incluso a la
sombra de sus respectivas frentes; parece que incluso el Bernabéu se ha puesto
de acuerdo en que en eso se parezcan.
Al Pobre Karanka todo esto
le viene grande. El Dócil Karanka ni siquiera se esperaba esto de ser segundo
entrenador de Mourinho en el Madrid, su guerra era otra y no tenía las armas
preparadas. El Amable Karanka nunca pasó de ser un jugador de segunda fila allá
por donde pasó, por eso ahora se viene arriba en banderillas y se cree Don
Corleone, impartiendo justicia. En este Madrid dictatorial en el que trabaja el
Apuesto Karanka hay un discurso único y cuidadito con el que se salga de la
línea marcada, cosa que el Defensa Karanka asume a la perfección. Pero al
Imitador Karanka le falta mucho, joder que si le falta. El Aprendiz de Jedi
Karanka hace todo medio bien, pero le falla lo que su jefe domina: la espontaneidad.
En eso Mou es maestro y al Alumno Karanka, pese a ir a clase todos los días,
coger apuntes y hacer prácticas, pues no le sale. El Predecible Karanka lleva
el discurso aprendido desde el vestuario, por eso aburre y resulta tan triste.
Y por eso Mou es un concierto y el Palmero Karanka no es ni una verbena.
Desde aquí recomendamos al
Esforzado Karanka que se relaje. Que no pasa nada. Que es cierto que un su día
no destacó por ser un buen jugador y que hoy no destaca por nada, pero que no
hace falta caer tan bajo. Karanka, tú puedes resurgir de tus cenizas como el
Ave Fenix, volar por encima de Valdebebas y ser libre de una vez. Ten voluntad,
Aguerrido Karanka, porque si lo consigues, estamos ahí para felicitarte.
¡Ánimo, Karanka, el Blog que Mea Colonia está contigo!
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